El sábado el tribunal de Ciudad del Vaticano dará a conocer su sentencia en el juicio contra el ex mayordomo del papa Benedicto XVI, Paolo Gabriele, por el escándalo de robo y filtraciones a la prensa de documentos secretos conocido como "Vatileaks".
Según anunciaron observadores asistentes al proceso -que son apenas unos pocos y estrictamente elegidos por el Vaticano- el proceso finalizará en su cuarto día, antes que comience el domingo de un importante sínodo de los obispos.
El presidente del tribunal, el juez Giusseppe Dalla Torre, ya había dicho al comienzo del juicio que cuatro días podrían ser más que suficientes, informó la agencia de noticias DPA.
Gabriele, de 46 años, reconoció ayer haber copiado documentos de los aposentos pontificios y habérselos entregado a terceros. Sin embargo, no dijo ver en ello ningún robo con agravantes como lo acusa la fiscalía.
Pero lo más fuerte de boca del mayordomo infiel fue escuchar que el Papa era "fácil de manipular" y no conocía suficiente sobre los asuntos vaticanos.
"Empecé a pensar que era fácil manipular a una persona que tiene tan enorme poder en sus manos", señaló Gabriele durante su interrogatorio de la víspera, y añadió que "a veces el Papa hacía preguntas sobre cosas de las que debería haber estado informado".
Hoy declararon ante el tribunal en condición de testigos cuatro gendarmes que participaron en la detención de Gabriele en mayo y en los registros de su vivienda.
Según afirmaron, la acción duró casi ocho horas y en ella se confiscaron miles de documentos, si bien no todos tenían que ver con el escándalo de filtraciones.
En el proceso, Gabriele reconoció su responsabilidad en solitario por lo ocurrido descartando las especulaciones que se tejieron en el sentido de que habría tenido un cómplice.
