Abe acudió al centro deportivo J-Village, reconvertido en campamento base para los operarios de la planta, para ataviarse con un traje protector contra la radiación y reunirse con los trabajadores que desmantelan la central nuclear.
"Sé que el trabajo de desmantelamiento (de los reactores de la central) es duro. Pero avanzan bien y todo se lo debemos a ustedes", indicó Abe.
La crisis nuclear en Fukushima, la peor desde Chernóbil en 1986, provocó pérdidas millonarias en la agricultura, la ganadería y la pesca de Japón.
Está previsto que Abe visite también los edificios de la central que contienen las unidades dañadas y se reúna con empleados de la operadora de la planta Tokyo Electric Power (TEPCO), que trabajan en el retiro del combustible.
Además, el premier acudirá a los albergues temporales en la provincia de Fukushima, en los que se encuentran algunos de los cerca de 52.000 desplazados que arrojó la crisis nuclear.
Se trata de la segunda inspección de Abe a la planta después de la que realizó en octubre de este año, como líder -entonces- del opositor Partido Liberal Demócrata (PLD).
La crisis nuclear en Fukushima, la peor desde Chernóbil en 1986, provocó pérdidas millonarias en la agricultura, la ganadería y la pesca de Japón.
En total, unas 3.000 personas trabajan en las instalaciones de Fukushima Daiichi para retirar el combustible dañado y desmantelar las unidades afectadas, un proceso que, según los expertos, puede llevar hasta cuatro décadas.