"No pisen la escenografía", "¿alguien puede mover la escalera?", "necesito este pasillo libre, por favor", pide impaciente la productora. Faltan sólo diez minutos para que salga al aire un nuevo programa de la quinta temporada de Cuestión de Peso .
En este estudio de Endemol, los nervios y la ansiedad previos al vivo parecen sentirse más detrás de escena que delante de las cámaras. Hay poco espacio y mucha gente. Una decena de personas ultiman detalles: se corren cables, se prueban luces y micrófonos, se acomodan monitores y se escriben sobre cartulina las primeras indicaciones que más tarde guiarán a la conductora.
"Cuatro minutos", se escucha por los parlantes. Dos vestuaristas le acomodan rápidamente el vestido a Claribel Medina, al mismo tiempo que una maquilladora le retoca el rubor y el rouge. Aunque la salud sea el motor de show, la estética importa y se nota.
El clásico "vamos que venimos" de la productora da pie al inicio del programa que se anuncia como el más saludable de la televisión argentina. Acelerada, así arranca Claribel. Se la ve sonriente, extrovertida y cómoda, incluso bailando sobre tacos aguja. Se nota que en los tres años que lleva al frente de este producto logró soltura y seguridad.
Poco a poco se van conociendo las historias de los nuevos participantes del reality. Las frustraciones, el miedo a mostrar el cuerpo, la necesidad de llevar una vida más saludable, los conflictos alimenticios y los dramas familiares son factores que se repiten en todos los casos.
Entre tape y tape, vuelven las órdenes fuertes y claras de la productora, el maquillaje y las corridas. Pero lejos de la prisa de los técnicos, en el medio de la escena, la emoción se vuelve protagonista. Al exponer sus experiencias, los integrantes lloran y se conmueven, convencidos de que esta es laoportunidad de conseguir lo que tanto ansían: estar delgados.
El sentimiento es compartido. Claribel no se despega de "sus chicos", se involucra con sus relatos, con sus miedos, los anima y los entiende, entre abrazos y consejos. " Cuestión de peso está fundamentado sobre las relaciones humanas, es un programa verdadero, en el que se ve la transformación del participante", destaca orgullosa.
Es un reality, sí. Pero en el estudio no se vive un clima de competencia. El hecho de vivir la misma problemática hace que los participantes, 12 de los más de 20 millones de argentinos que sufren la obesidad, se identifiquen y se alienten en todo momento.
El éxito de este formato que ya lleva cinco años consecutivos en la pantalla chica- según el médico Alberto Cormillot, líder del equipo médico que trabaja en Cuestión de peso -, es producto de "una buena combinación de entretenimiento e información, un balance de emoción, alegría y algo de drama". "Al tener varios años de televisión y muchos de obesidad, sé hasta dónde puede dar el paciente y hasta dónde necesita el programa", asegura.
Más allá del rating, la combinación de show con la exposición y la salud generó duras críticas a las ediciones anteriores. La conductora le escapa a la polémica y defiende su trabajo: "No opino sobre las críticas. Me quedo con la ganancia de hacer un programa que transformó la vida de los que están sentados acá y de los que siguieron el programa desde afuera y decidieron bajar de peso. Me quedo con lo felicidad de los que logran su alta. Los que me importan son: el participante, su historia y la gente.".
