Decenas de miles de personas protagonizaron hoy una manifestación contra el plan de ajuste impulsado por el presidente francés, Francois Hollande, en la primera gran marcha en su contra convocada por grupos de izquierda, decepcionados por los recortes del gobierno socialista.
"¡¡Hoy el pueblo francés entra en el movimiento contra las políticas de austeridad!!", clamó Jean-Luc Mélenchon, líder del Partido de Izquierda, principal componente del Frente de Izquierda, que junto al Partido Comunista Francés (PCF), convocó a la manifestación junto a otras 60 partidos políticos, asociaciones y sindicatos.
Al grito de “Resistencia” y al ritmo de La Internacional "80.000 personas", según los organizadores (la policía no comunicó cifra oficial) junto a representantes de partidos de izquierda radical de España y Portugal se manifestaron desde la plaza de Nation en el este de la ciudad atravesando el río Sena hasta la plaza de Italie, al sur de la capital francesa.
“Este tratado va a agravar la pobreza en Europa, no va a arreglar los problemas de desempleo. Lo vemos en España, Portugal, hay que crear otros medios para fortalecer a Europa. Queremos un referendo para poder decir No a este tratado creado por Merkel y Sarkozy”, le dijo a Télam Philippe Jouyet, empleado estatal y militante del Frente de Izquierda presente en la manifestación.
“Hollande se comprometió a renegociar el tratado de Merkozy (contracción entre Merkel y Sarkozy) pero ni una coma fue cambiada. El texto va a estancar en la austeridad y recesión a todos los países europeos”, señaló por su parte, Marc, un joven ingeniero informático español radicado en Estrasburgo.
La manifestación tuvo lugar dos días después de que el gobierno presentara en el Consejo de Ministros su rigurosos presupuesto 2013, el más restrictivo de las últimas tres décadas, que prevé 30 mil millones de euros de ajuste (20.000 en alza de impuestos y el resto en recortes del gasto público), un preanuncio de las sesiones parlamentarias que se avecinan y comenzarán el martes con el examen de los tratados europeos.
De no mediar sorpresas, los tratados y el nuevo presupuesto deberían ser aprobados en octubre debido a que el PS junto a sus aliados ecologistas cuenta con la mayoría absoluta.
A cuatro meses de haber sido electo, Hollande afrontará desde mañana una semana clave, por una parte por las asambleas, audiencias publicas y movilizaciones que definirán la suerte de tres empresas (Florange, Petrolus y Sanofi) que podrían dejar a decenas de miles de personas sin trabajo, y por el inicio de las sesiones parlamentarias que delinearán la política socialista de los próximos meses.
Pese a que la extrema izquierda comienza a desmarcarse de Hollande, el ex candidato Mélenchon se negó a declararse opositor del gobierno pero insistió en que el ejecutivo socialista convoque a un referendo para aprobar los tratados europeos.
El Frente de Izquierda, cuyo candidato Jean-Luc Mélenchon finalizó cuarto en las elecciones presidenciales de mayo, fue uno de los aliados electorales del PS en la segunda vuelta de la elección presidencial.
Otro acto que se estima masivo al incluir a la extrema izquierda europea esta previsto para el 8 de octubre en el espacio Reuilly de Paris.
En tanto que el 9 de octubre, el principal sindicato del país, la CGT, convocó a una manifestación en Paris en “defensa del empleo industrial”.
La movilización de mañana se da en momentos donde el gobierno de Hollande atraviesa fuertes turbulencias por una economía al borde de la recesión y con una desocupación record que en agosto pasado superó los tres millones de desempleados (10%).
Hollande, quien continua perdiendo popularidad (cayó del 58% al 43% de imagen positiva en cuatro meses), reafirma que cumple con sus promesas de campaña al instaurar la reforma fiscal ante una situación sumamente difícil y que el peso de sus reformas recae sobre los más ricos.
El mandatario socialista esgrime que su reforma, que gravará con el 75% a quienes superen el millón de euros anuales (llamado Impuesto Excepcional de Solidaridad), fue incluida en un presupuesto cuyos dos tercios saldrán de nuevos impuestos y que afectarán a 1 de cada 10 franceses.
Entretanto, esta mañana el ministro delegado del Presupuesto, Jerome Cahuzac, estimó que “los tratados europeos son necesarios para reforzar la imagen de una Francia debilitada por el gobierno saliente” y anunció que el alza de impuestos anunciada el viernes solo será para el 2013 y que en 2014 no habrá nuevos impuestos.
Por su parte, el ex ministro de Nicolas Sarkozy, Bruno Le Maire consideró “lógica y comprensible” la manifestación. “Hollande repitió durante la campaña que modificaría el tratado. Voy a ir a ver a Merkel había anunciado desafiante. El resultado: ¡cero modificación!”.