Crudo, realista y contundente fue el primer envío de “En terapia”, la ficción que comenzó en la noche del lunes por La TV Pública y que, de la mano de Diego Peretti y Julieta Cardinali, sumergió al espectador en la subjetiva intimidad de una sesión de psicoanálisis.
Con Peretti en la piel de Guillermo Montes, un renombrado analista que atiende en su consultorio privado, el estreno local de “En Terapia” develó una descarnada sesión de Marina (Cardinali), una médica anestesista con problemas de pareja.
Lejos de la joven y prolija profesional que llega puntualmente cada lunes a las 9 de la mañana, la paciente aparece sin la posibilidad de esconder una noche de resaca y llanto que la depositó, sin horas de sueño ni escalas, en la puerta del consultorio.
Acongojada por un ultimátum de su novio que la obliga a elegir entre el matrimonio o la nada, Marina va despojándose de sus tapujos para terminar confesándole a su terapeuta, con cierta confianza, que el real motivo de su crisis es que está perdidamente enamorada de él.
Así, sin anestesia, la ficción que dirige Alejandro Maci se abisma en el enredado submundo de la transferencia, esa herramienta tan esencial, y a la vez tan ascética, que sobrevuela cualquier sesión de psicoanálisis.
“Te volviste el centro de mi vida”, le dice ella. “Pareciera ser otra manera de escaparte de la decisión que tenés que tomar. Yo soy tu analista, los límites son claros y evidentes, no soy una opción real”, contesta él.
“Entiendo que sos mi analista y no puede pasar nada entre nosotros. Quedate tranquilo, no soy peligrosa; por lo menos para vos, no soy peligrosa”, concede ella.
En este punto, donde los límites se declaman claros e indelebles y a pesar de eso el aire del consultorio pareciera enviciarse hasta el punto de desaparecer, llega ese momento fatal pero necesario donde el tiempo se acaba, la sesión se termina y las palabras quedan suspendidas hasta el próximo encuentro.
Alejada de las superproducciones, los efectos especiales y los grandes sets de filmación, “En terapia” abre al espectador las puertas de un mundo tan universal -pero tan personal- como lo es una sesión de psicoanálisis.
Surgida a partir de la ficción israelí "Be Tipul", que luego fue licenciada a 34 países del mundo, la serie que localmente adaptaron Maci y Esther Feldman, se popularizó en 2008 por su versión estadounidense emitida por HBO bajo el nombre de "In Treatment".
Acodado en excelentes libros, con el consultorio como única locación, la silla del psicoanalista y el sillón de los pacientes bastan para soportar una carga dramática que en ningún momento decae.
La ficción, que tendrá un envío diario de media hora de duración, está estructurada a partir de la agenda del psicólogo y cada paciente aparece solamente un día de la semana.
Por eso, luego de la sesión de Marina, el martes será el turno de Gastón (Germán Palacios), un policía de elite quien tras un error en un operativo en la Triple Frontera, mató a varios niños y mujeres.
Los miércoles Guillermo atiende a Clara (Ailín Salas), una adolescente con tendencias suicidas, bailarina clásica; en tanto los jueves se sentarán en el consultorio Ana (Dolores Fonzi) y Martín (Leonardo Sbaraglia), un matrimonio en crisis, que acuden ante el dilema de tener o no un hijo no planeado.
Por último, Montes se reserva el final de la semana para reunirse con Lucía (Norma Aleandro), su supervisora, con quien abordará el derrumbe de su vida personal provocado por la infidelidad de su esposa, la rebeldía de su hija y el amor prohibido que siente por Marina, su paciente de los lunes.
La posibilidad de ser voyeurs de realidades que bien podrían ser propias, al amparo de un elenco de excelentes actores, la linealidad y profundidad de fondo de “En terapia”, posicionan a esta ficción como una de las grandes apuestas de la Televisión Pública para este año.
