El artista abrió su serie de presentaciones en el Teatro Gran Rex
En un nuevo paso por la Argentina, Bob Dylan se presentó ante unteatro Gran Rex repleto en la noche del jueves. Así, el músico norteamericano abrió su serie de shows en Buenos Aires que continuará este viernes, sábado y el lunes 30.
Se había avisado de antemano que el show comenzaría puntual y cuando habían pasado minutos de las 21.30 se apagaron las luces, apareció el artista que todos esperaban. Ovación y sonaron los primeros acordes.
En cada una de sus presentaciones del tour eterno, Never Ending Tour (que viene realizando desde 1988), Dylan tiene una estructura básica de canciones (el comienzo con "Leopard-Skin Pill-Box Hay", "Things Have Changed" y "Tangled Up Is Blue", y el final con "Like A Rolling Stone", "All Along The Watchtower" y "Blowin' In The Wind", entre otros), pero también se mete con temas que no sonaron en las noches anteriores que se presentó en Brasil.
De esta manera cada fecha es un lienzo nuevo en el que esta pieza fundamental de la música norteamericana dibuja entre el folk, el country, el blues y el jazz.
El fanático argentino se llenó de Dylan durante las cerca de dos horas que duró el show. No hubo excesivas muestras de admiración: estuvieron atentos a cada movimiento del artista con el teclado o la guitarra, a cada interpretación y a cada sonido que le sacaba a su armónica. Cuando terminaba la canción, lluvia de aplausos y tal vez se escuchaba un "¡Grande Dylan!". Rápido, como hacía el músico con su banda liderada por Charlie Sexton y Donnie Herron, todos se disponían a disfrutar el tema que se venía sea "A Hard Rain's A-Gonna Fall" y "Love Sick", por ejemplo. El contexto (que sea en un teatro en lugar de Vélez como su última visita) aportó a ese estado.
Y sin demagogia (no hubo palabras entre canción y canción, salvo cuando presentó a sus músicos), Dylan quedó satisfecho con su primera dósis de sus noches en Buenos Aires. Su despedida fue en pose rocker frente al público, con la seguridad de haber hecho bien su trabajo.
