El primer ministro italiano, Mario Monti, visitó la zona norte del país, afectada por el terremoto del pasado domingo, tras una noche en la que se registraron otras 34 réplicas.
Los movimientos sísmicos de la pasada noche, con una magnitud media de 2,0 en la escala de Richter, se produjeron entre las 22 y las 7 de hoy.
El sismo más fuerte llegó a 3,5 por debajo del terremoto de magnitud 5,9 que hace dos días dejó siete muertos y cerca de medio centenar de heridos.
"Nos sentimos muy cerca de las familias de las víctimas y queremos ayudarlas a afrontar esta difícil situación", dijo Monti a los sobrevivientes del sismo en la región de Emilia Romaña y Sant Agostino, reportó la agencia de noticias DPA.
El gobierno se plantea ahora algún tipo de ayuda a los afectados en la reparación de sus casas, granjas o empresas.
El vicesecretario del gobierno Antonio Catricala explicó al Parlamento que, entre las medidas de emergencia que estudia el Ejecutivo, está el retraso de la fecha de pago de un nuevo impuesto a la propiedad, incluido en el programa de Monti para ahorrar y reactivar la economía italiana.
Miles de personas volvieron a pasar la noche en refugios improvisados o con amigos y parientes, mientras muchos colegios permanecieron hoy cerrados, en el marco de un desastre que dejó a unas 5.000 personas sin hogar.
El sismo dañó además patrimonio como iglesias medievales o las torres de algunos castillos, además de provocar perjuicios en los sectores de la industria y de la agricultura.
Según la principal asociación de agricultores del país, los daños en este sector ascienden hasta los 200 millones de euros.
El hundimiento de varias naves de almacenamiento provocó la pérdida de cerca de 300.000 quesos parmesano y grana padano, cerca del 10 por ciento de la producción nacional de este tipo de alimentos.
