El Congreso Nacional sancionó desde diciembre de 2011, con la nueva composición parlamentaria surgida de las elecciones de octubre, cerca de 20 leyes, entre las que se encuentran el Presupuesto 2012 y la recuperación de YPF, con lo que el actual período se perfila como el más productivo de los últimos años.
Esos comicios, en los que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner fue reelecta con más del 54% de los votos, le permitieron además al oficialismo recuperar la mayoría en ambas cámaras y retomar la iniciativa parlamentaria, prácticamente paralizada por responsabilidad de la oposición durante los últimos dos años.
A partir de este nuevo escenario, el Frente para la Victoria logró revertir la baja productividad parlamentaria que, durante 2010 y 2011, a expensas del `Grupo A`, casi mantuvo inactivo al Congreso y obligó, incluso, al Poder Ejecutivo a gobernar sin el Presupuesto 2011, luego de que ese conglomerado opositor impidiera el debate legislativo de la ley de leyes.
El oficialismo cuenta desde diciembre de 2011 con 130 diputados, entre propios y aliados, uno más del quórum de 129 necesario para sesionar, mientras que en el Senado también con 38 legisladores, incluyendo fuerzas afines, supera los 37 que requiere para abrir el debate en la cámara alta.
Esa mayoría le permitió aprobar sin dificultades a fines de 2011, el Presupuesto 2012, iniciativa que declara de interés público la fabricación y comercialización de pasta de papel, la prórroga de la emergencia económica y del impuesto al cheque, por ejemplo, sancionados en el período extraordinario de sesiones.
A pedido del Poder Ejecutivo, el Congreso pudo sancionar además, durante diciembre pasado, entre otras leyes, el régimen de protección al dominio de tierras rurales, el trabajo agrario, los cambios al régimen Penal Tributario y un aumento de las penas contra el lavado de dinero.
Ya en el período ordinario de sesiones, iniciado el 1 de marzo, la productividad parlamentaria continuó el ritmo iniciado a fines de 2011, aprobando un conjunto de proyectos claves para el gobierno nacional como la modificación de la Carta Orgánica del Banco Central y la transferencia de los subtes a la Ciudad de Buenos Aires, entre otras leyes.
En números concretos, el Parlamento contabilizó desde el 1 de marzo y hasta fines de mayo un número significativo de sesiones en ambas cámaras que supera, incluso, las estadísticas de los últimos años durante el mismo lapso e incluso, la cantidad de plenarios desarrollados a lo largo de 2011.
De hecho, en este período, la Cámara de Diputados se reunió, entre sesiones ordinarias y especiales unas 6 veces, en tanto que el Senado lo hizo en cinco oportunidades.
Sin embargo, y más allá de los matices planteados por los diferentes bloques parlamentarios, el proyecto de recuperación de YPF fue el que resultó aprobado con mayor consenso, sobre todo de las bancadas opositoras, al lograr 208 votos a favor, y se convirtió en una de las leyes que reunió mayor cantidad de voluntades desde 1983 a la fecha.
Otra de las claves de este período parlamentario fue el consenso que obtuvo en ambas cámaras la ratificación de la declaración de Ushuaia, que respaldó la política exterior del gobierno en torno a la defensa de la soberanía sobre las islas Malvinas.
Pero, más allá de la coyuntura, el Congreso logró aprobar en este período otro conjunto de leyes vinculadas a la ampliación y reconocimiento de derechos civiles como la muerte digna y la de identidad de género, que permite a las personas que lo soliciten modificar su nombre en el DNI y el sexo.
Con estas iniciativas, se produjo un importante avance en el reconocimiento legal de los derechos de transexuales y se constituyó en el segundo logro importante de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y trans (LGBT) después de la sanción de la ley de matrimonio igualitario, sancionada en julio de 2010.
En palabras del titular del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, "cuando el oficialismo tuvo la mayoría, el Congreso funcionó", al contraponer esa situación con la escasa producción parlamentaria llevada adelante por el denominado Grupo A.
"Tuvimos un alto nivel de actividad en calidad y en cantidad, y en ese marco intentamos generar la mayor cantidad de consensos posibles y lo logramos en la gran mayoría de los casos", evaluó Rossi, al hacer un balance de la decisión del oficialismo de intensificar la actividad parlamentaria en ambas cámaras.
A seis meses del inicio del segundo mandato de la Presidenta, el nuevo escenario parlamentario permitió al oficialismo no sólo aprobar cuestiones pendientes sino, como coincidieron varias voces del FpV, avanzar en "la profundización del modelo" iniciado en 2003 por el gobierno de Néstor Kirchner.
