Los comicios legislativos del año próximo anticipan un escenario porteño polarizado entre el kirchnerismo y el PRO, mientras el resto de las principales fuerzas del distrito se debaten entre atomizar la oferta electoral o sellar acuerdos para lograr mayor competitividad en la contienda.
La ciudad de Buenos Aires renueva el año próximo 3 bancas en el Senado y 13 en la Cámara de Diputados, y de cara a ese desafío ya son varios los anotados en las filas de la Coalición Cívica (CC), la UCR y el Frente Amplio Progresista (FAP).
Con la decisión de recuperar peso en la ciudad, un distrito que fue bastión de la UCR pero que en las últimas legislativas sólo le dio el 7 por ciento de los votos a sus candidatos a diputados, buena parte del radicalismo quiere repetir una alianza similar a lo que fue en el 2009 el Acuerdo Cívico y Social (ACyS).
Es que aquella sociedad con la Coalición Cívica y el Partido Socialista le valió a la UCR una buena performance en las legislativas de entonces, aunque ahora, cuatro años después, nada queda de esa foto: la CC perdió presencia en la ciudad tras su estrepitosa derrota electoral del 2011, y el socialismo fundó su propio frente junto a otras cuatro fuerzas.
"La idea es apuntar a la elección del 2015, pero esto requiere de la presentación de una alianza en el 2013", explicó a Télam el dirigente radical porteño Carlos Mas Vélez, para quien "el PRO, sin Macri, abre una espacio interesante para disputar la ciudad desde un frente progresista no kirchnerista".
El socialismo, sin embargo, consolidó en el último año su pertenencia al Frente Amplio Progresista (FAP), espacio que fundó junto al GEN, Libres del Sur, Unidad Popular y el Frente Cívico de Córdoba, y todos ellos rechazan en forma unánime la posibilidad de un acuerdo con la "estructura" de la UCR, más allá de reivindicar algunos acuerdos en otros distritos.
Además, el FAP profundizó en los últimos meses su acercamiento a Proyecto Sur, de Fernando "Pino" Solanas, y tanto el socialismo, como el GEN y Unidad Popular ven con buenos ojos que el cineasta sea el "candidato extrapartidario" a senador del frente por la Capital Federal.
"Hay que poner el mejor nombre que garantice alcanzar la banca del Senado por la minoría", advirtieron los dirigentes más cercanos al líder socialista, Hermes Binner, mal que le pese al también socialista y aspirante al Senado, Roy Cortina.
En tanto, los radicales anotados hasta ahora para competir por la senaduría son Ricardo Gil Lavedra -que finaliza su mandato como diputado en diciembre- y el ex legislador Rodolfo Terragno, aunque también es mencionado para esa compulsa el titular de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy.
Otro sector de la UCR, minoritario y que aglutina a los radicales macristas del PROA, pugna por acordar con la fuerza de Mauricio Macri y alimenta así la desconfianza de potenciales socios de centroizquierda, que reclaman al radicalismo "una definición ideológica" para empezar a hablar de acuerdos.
En la pelea por la cámara baja el desafío del FAP es romper la polaridad entre el kirchnerismo y el macrismo en la ciudad y ensanchar su caudal de votos, que en la elección del año pasado para diputados le redituó casi el 17 por ciento de los sufragios, detrás del PRO, que consiguió el 20 y del Frente para la Victoria (FpV), que se ubicó primero, con el 29,16.
El PRO es la fuerza que más bancas pone en juego en Diputados (cinco: Gabriela Michetti, Laura Alonso, Jorge Triaca, Julián Obiglio y Paula Bertol), seguido por Proyecto Sur (tres: Solanas, Alcira Argumedo y Jorge Cardelli), la Coalición Cívica (dos: Elisa Carrió y Alfonso Prat Gay) y la UCR, Nuevo Encuentro y Unidad Popular, un escaño cada uno (Gil Lavedra, Carlos Heller y Liliana Parada, respectivamente).
Michetti echó por tierra las aspiraciones de su jefe político Macri -que prefería mudarla a la compulsa en la provincia de Buenos Aires- y en los últimos meses se negó a escuchar propuestas. Ella quiere seguir compitiendo en Capital, con la mirada puesta en el 2015, cuando haya que suceder a Mauricio.
En tanto, en el Senado vencen sus mandatos los tres senadores porteños: María Eugenia Estenssoro y Samuel Cabanchik, quienes llegaron a la cámara en el 2009 de la mano de su ex líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió; y el kirchnerista Daniel Filmus, que lo hizo en representación de la minoría.
Desde la maltrecha Coalición Cívica, Estenssoro ya insinuó un acercamiento al FAP -aunque sigue perteneciendo a la fuerza fundada por "Lilita"-, sin chances por ahora de conseguir un lugar en el frente.
Alfonso Prat Gay, por su parte, aparece como un competidor seguro en el 2013 desde las filas de la CC.
La ex candidata a presidente Carrió termina su mandato como legisladora el año próximo y, lejos de pensar en volver a su casa, empezó a tejer una nueva candidatura a diputada nacional por la Capital Federal, a pesar de haber conquistado el 1,8 por ciento de los votos en las presidenciales del 2011.
En sintonía con esa performance, su lista de candidatos a diputados del año pasado salió quinta detrás de la UCR, el FAP, el PRO y el FpV. Consiguió sólo el 6,6 por ciento de los votos y logró el ingreso a la cámara baja de una sola diputada: su también ahora ex socia de Unión por Todos, Patricia Bullrich.