El secretario de Finanzas, Adrián Cosentino, encabezará la delegación que partirá hacia Japón para asistir a la Asamblea Anual conjunta del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
El ministro de Economía, Hernán Lorenzino, quien tenía previsto inicialmente viajar a la capital nipona, se quedará en el país, informaron fuentes del Palacio de Hacienda.
Junto con Cosentino estarán el vicepresidente del Banco Central, Miguel Angel Pesce; el subsecretario de Servicios Financieros, Guido Forcieri; la vicejefa de Gabinete, Analía Tello; y el director del Banco Central Sergio Chodos.
La delegación argentina se encontrará con la titular del FMI, Christine Lagarde, luego del cruce que se produjo hace un par de semanas con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, por cuestiones relacionadas con las estadísticas del INDEC.
La Presidenta le respondió en duros términos a Lagarde durante su exposición en la Asamblea Anual de Naciones Unidas- "se trata de una nación soberana y no un partido", dijo-, y hasta se permitió reprocharle su desempeño al frente de la institución de cara a la crisis internacional, cuando titular del FMI utilizó la metáfora de un partido de fútbol y amenazó con "sacar la tarjeta roja", para referirse a la situación del FMI con la Argentina.
La versión 2012 de la Asamblea Anual encuentra a la Argentina sin programas de créditos con el FMI -como sucede desde 2006-, pero con renovación de cargos clave para el país, en un año complicado para la economía mundial, debido a la prolongación de la crisis de deuda y social de los países desarrollados.
Durante la asamblea serán designados formalmente los directores por la Argentina ante los organismos: Chodos ocupará la silla del FMI, mientras que Forcieri irá al sillón del Banco Mundial.
Ambos funcionarios tienen el mandato presidencial de defender la posición argentina en ambos foros, donde existe un clima difícil con el país, en respuesta a las medidas que viene tomando la Argentina para defenderse del impacto de la crisis internacional.
Forcieri será el encargado de defender el plan de inversiones que demandará una nueva estrategia plurianual del Banco Mundial con el país, el CAS (Country Assistance Strategy), por un monto que superaría los 3.000 millones de dólares, y que se viene trabajando con los funcionarios del Banco en Buenos Aires, en línea con el modelo de crecimiento con inclusión social.
Aquí España lidera la voz cantante para oponerse a la aprobación de este tipo de créditos para el país, tras la toma de control estatal argentino de YPF, en un directorio que está atento al desarrollo de la solución argentina de los casos de controversia con multinacionales ante el Ciadi, el tribunal administrado por el organismo.
En tanto, Chodos tomará la posta de Alfredo McLaughlin en el Fondo, institución que decidió dar un plazo hasta diciembre para que el directorio evalúe las estadísticas argentinas.
Por su parte, Cosentino seguirá tanteando el pulso con las entidades financieras, e inversores, interesados en discutir con funcionarios argentinos la marcha de la economía local.
A falta de interés del gobierno de salir a colocar deuda, como quedó expresado en el presupuesto 2013 donde seguirá utilizando reservas para continuar con el desendeudamiento, el interés inversor viene por el lado de los nuevos negocios que ofrece el país con el plan de inversiones de YPF.
Se trata de un ambicioso plan quinquenal 37.200 millones de dólares que sería financiado por el mercado en un 20%, con el que la Argentina pretende en primer lugar lograr autoabastecimiento energético, y en segundo lugar exportar, debido al empuje oficial al mercado de petróleo no convencional.
De hecho, en la petrolera comandada por Miguel Galuccio, y donde tiene silla de director el viceministro de Economía, Axel Kicillof, hay un equipo de técnicos de la secretaría de Finanzas asesorando al director en el armado de las colocaciones internacionales, que podrían lanzarse a fin de año, o principios del año próximo, según estimó Galuccio.
Estos temas formarán parte de la agenda argentina de la cumbre anual, que se desarrollará en esta deslumbrante ciudad que combina la vanguardia con la milenaria cultura oriental, con imponentes rascacielos, y donde el gobierno nipón toma la oportunidad de mostrarle al mundo que logró reponerse de la catástrofe provocada por el terremoto.
