Tras el recuento del 99,2 por ciento de los votos, los dos partidos que impulsan el ajuste quedaron a dos escaños de lograr mayoría en el Parlamento. Estarán obligados a construir otras alianzas para formar gobierno. Si no lo consiguen, habrá nuevas elecciones.
Tras el recuento del 99,2% de los votos, el conservador Nea Dimokratia (ND) y el socialista Pasok suman 149 diputados del total de 300, según el Ministerio del Interior, cuando la mínima mayoría requiere de 151 bancas.
Por tal motivo, los analistas coinciden en no descartar que se celebren nuevas elecciones ante la imposibilidad de conformar una mayoría, informó la agencia de noticias DPA.
"Pesadilla" por la falta de gobierno, comentó el periódico Ta Nea, en tanto el diario Ethnos calificó el acto comicial de ayer como la "Elección de la ira".
Los griegos dieron un severo castigo a los partidos tradicionales en las primeras elecciones desde el estallido de la crisis de deuda, en unos comicios en los que más del 60% del apoyo fue para las fuerzas opuestas al ajuste exigido por el FMI y Europa a cambio de asistencia financiera.
El resultado constituye un auténtico terremoto político interno que amenaza con poner en duda el futuro de Grecia dentro de la zona euro y asesta un golpe a las esperanzas de los mercados y de otros países de Europa de que Atenas seguirá cumpliendo con las draconianas medidas de austeridad impuestas por sus acreedores.
En principio pareció que los dos partidos que gobernaron Grecia en las últimas décadas y que forman el Ejecutivo actual tendrían una escasa mayoría, pero a lo largo de las horas la situación se revirtió al llegar el resultado de los votos de las zonas trabajadoras de los alrededores de Atenas.
El presidente de Nea Dimokratia, Antonis Samaras, anunció su intención de formar un gobierno de unidad nacional junto con el Pasok y otros partidos, pero como condición para formar parte exigirá permanecer en la zona euro y la continuidad del ajuste, si bien acompañado de un programa de crecimiento.
Como posibles socios de coalición se perfilan los Griegos Independientes, un partido de derecha más bien contrario a Europa y que se queda con 33 bancas.
También se especula con la presencia del moderado Partido de la Izquierda Democrática que logró 19 escaños, pese a que su líder, Fotis Kouvelis, rechazó la posibilidad. "No le daremos a los partidos del establishment una coartada de izquierdas", dijo.
El presidente del país, Karolos Papoulias, encargará esta tarde la formación de gobierno a Samaras y a partir de ese momento habrá un plazo de tres semanas para lograrlo antes de convocar a nuevas elecciones.
Y si bien las negociaciones pueden durar varios días, los griegos no tienen mucho tiempo ya que a fines de mayo los acreedores esperan tener un gobierno con el que negociar, porque de lo contrario podrían cerrar el grifo de los fondos.
Además de los comunistas, por primera vez entrarán en el Parlamento los fascistas, que han hecho de la expulsión de los inmigrantes su principal bandera de los últimos años.
De acuerdo con el recuento casi definitivo, Nea Dimokratia suma el 18,9 por ciento de los votos y la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), que sorprendió al quedar segunda, tiene un 16,8 por ciento.
Esta agrupación defiende dejar de pagar la deuda y renegociar el paquete de ajuste con los acreedores.
El Pasok, ganador en 2009, sufrió un duro golpe y obtuvo sólo un 13,2 por ciento de apoyos. Le siguen los Griegos Independientes con un 10,6 por ciento, los comunistas (KKE) 8,5%, el fascista Amanecer Dorado (casi un 7,0%) y la Izquierda Democrática (DA) 6%.
Tras el recuento del 99,2 por ciento de los votos, los dos partidos que impulsan el ajuste quedaron a dos escaños de lograr mayoría en el Parlamento. Estarán obligados a construir otras alianzas para formar gobierno. Si no lo consiguen, habrá nuevas elecciones.
Tras el recuento del 99,2% de los votos, el conservador Nea Dimokratia (ND) y el socialista Pasok suman 149 diputados del total de 300, según el Ministerio del Interior, cuando la mínima mayoría requiere de 151 bancas.
Por tal motivo, los analistas coinciden en no descartar que se celebren nuevas elecciones ante la imposibilidad de conformar una mayoría, informó la agencia de noticias DPA.
"Pesadilla" por la falta de gobierno, comentó el periódico Ta Nea, en tanto el diario Ethnos calificó el acto comicial de ayer como la "Elección de la ira".
Los griegos dieron un severo castigo a los partidos tradicionales en las primeras elecciones desde el estallido de la crisis de deuda, en unos comicios en los que más del 60% del apoyo fue para las fuerzas opuestas al ajuste exigido por el FMI y Europa a cambio de asistencia financiera.
El resultado constituye un auténtico terremoto político interno que amenaza con poner en duda el futuro de Grecia dentro de la zona euro y asesta un golpe a las esperanzas de los mercados y de otros países de Europa de que Atenas seguirá cumpliendo con las draconianas medidas de austeridad impuestas por sus acreedores.
En principio pareció que los dos partidos que gobernaron Grecia en las últimas décadas y que forman el Ejecutivo actual tendrían una escasa mayoría, pero a lo largo de las horas la situación se revirtió al llegar el resultado de los votos de las zonas trabajadoras de los alrededores de Atenas.
El presidente de Nea Dimokratia, Antonis Samaras, anunció su intención de formar un gobierno de unidad nacional junto con el Pasok y otros partidos, pero como condición para formar parte exigirá permanecer en la zona euro y la continuidad del ajuste, si bien acompañado de un programa de crecimiento.
Como posibles socios de coalición se perfilan los Griegos Independientes, un partido de derecha más bien contrario a Europa y que se queda con 33 bancas.
También se especula con la presencia del moderado Partido de la Izquierda Democrática que logró 19 escaños, pese a que su líder, Fotis Kouvelis, rechazó la posibilidad. "No le daremos a los partidos del establishment una coartada de izquierdas", dijo.
El presidente del país, Karolos Papoulias, encargará esta tarde la formación de gobierno a Samaras y a partir de ese momento habrá un plazo de tres semanas para lograrlo antes de convocar a nuevas elecciones.
Y si bien las negociaciones pueden durar varios días, los griegos no tienen mucho tiempo ya que a fines de mayo los acreedores esperan tener un gobierno con el que negociar, porque de lo contrario podrían cerrar el grifo de los fondos.
Además de los comunistas, por primera vez entrarán en el Parlamento los fascistas, que han hecho de la expulsión de los inmigrantes su principal bandera de los últimos años.
De acuerdo con el recuento casi definitivo, Nea Dimokratia suma el 18,9 por ciento de los votos y la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), que sorprendió al quedar segunda, tiene un 16,8 por ciento.
Esta agrupación defiende dejar de pagar la deuda y renegociar el paquete de ajuste con los acreedores.
El Pasok, ganador en 2009, sufrió un duro golpe y obtuvo sólo un 13,2 por ciento de apoyos. Le siguen los Griegos Independientes con un 10,6 por ciento, los comunistas (KKE) 8,5%, el fascista Amanecer Dorado (casi un 7,0%) y la Izquierda Democrática (DA) 6%.