Un año después de su irrupción en la escena política, miles de indignados volvieron a tomar las calles en España, con la madrileña Puerta del Sol y la Plaza Cataluña a la cabeza, en el marco de una protesta global para demandar un cambio de sistema económico, político y social.
"¡Que no, que no, que no nos representan"; "Se llama democracia y no lo es"; "Esta crisis no la pagamos" coreaban miles de indignados que, como hace un año, colmaron la madrileña Puerta del Sol, símbolo del nacimiento de este movimiento.
Las protestas, que fueron convocadas en 80 ciudades de España y 50 países alrededor del mundo bajo el lema "12M-15M, Volvemos a la calle", son el inicio de una movilización permanente que los indignados tiene previsto mantener hasta el 15 de mayo, día de su primera aniversario.
A medida que avanzaba la tarde, las manifestaciones fueron creciendo en todas las ciudades, hasta convertir las calles de España en una marea humana.
De norte a sur, desde Santiago de Compostela hasta Córdoba, pasando por Valencia y Palma de Mallorca, entre otras muchas ciudades.
Las plazas terminaron convirtiéndose en ágoras, donde se celebraron asambleas, las de Madrid y Barcelona las más multitudinarias, en un ambiente reivindicativo y pacífico.
La madrileña Puerta del Sol volvió a recibir a miles de personas, en su mayoría llegadas en columnas desde los distintos barrios de la ciudad. En un ambiente festivo y reivindicativo, con sus pancartas y canciones, familias enteras, jóvenes y ancianos se sumaron a la protesta.
"Ahora mismo no tenemos excusa para quedarnos en casa. Los recortes están siendo muy duros, estamos claramente peor que hace un año, y tenemos que demostrar que seguimos luchando", explicó José Luis, un manifestante, ante las cámaras de TV.
"Queremos apoyar a los jóvenes porque tienen un futuro muy negro", apuntó por su parte Carlos, un jubilado madrileño.
Pasadas las 22 hora local terminaba la autorización que el gobierno les dio a los manifestantes madrileños para manifestarse, pero llegado el momento nadie se marchó y la plaza rompió en un fuerte aplauso. Un fuerte operativo policial rodeó la protesta que se desarrolló pacíficamente, entre música y cánticos.
En Barcelona, la manifestación que llevó como lema "El pueblo somos la solución. Volvemos a las plazas, Seguimos en la calle", fue cobrando fuerza con el correr de la horas y llegó a ser masiva. Los organizadores cifraron la protesta en 200.000 personas, mientras la policía rebajó la cifra a 45.000.
"El cambio es lento, pero lo importante es que somos muchos los que nos estamos organizando", explicó a Télam Marta Riera, una joven profesional de 30 años, que participó de la protesta.
Desde que el derechista Partido Popular (PP) llegó al poder hace menos de seis meses, Mariano Rajoy aprobó el ajuste más profundo de la historia y reformas neoliberales impulsadas por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que llevaron al país a su segunda recesión en tres años, mientras el desempleo escaló hasta el 24,44% de la población activa.
La situación económica empeoró, y los españoles vieron como el Ejecutivo del PP atacó derechos sociales básicos como la salud y la educación pública, así como laborales, con una reforma que facilita y abarata el despido, y luego inyectó más dinero público para sanear a la banca.
"Lo importante es que un año después la gente siga aquí, aunque a los políticos no les importe, porque de alguna manera tenemos que hacer algo", dijo Javi Suárez, jardinero de 33 años.
"Hay que seguir, sumar un granito de arena, nosotras estamos luchando por el futuro de nuestros hijos", señaló Gemma, de 45 años.
"Ni un euro más para rescatar los bancos; educación y sanidad públicas y de calidad; no a la precariedad laboral y la reforma laboral; por una vivienda digna garantizada; y renta básica universal" fueron las consignas unificadas de la protesta en todo el mundo.
"Hemos conseguido mucho en 40 años de lucha, para que nos los quiten en una semana" dijo Pilar, quien cree que mucha más gente, incluso más jóvenes, deberían salir a la calle. "Hemos criado a una generación muy acomodada y ahora estamos luchando para que no les quiten lo que habíamos conseguido", agregó Cocha, de 60 años.
La onda expansiva del movimiento indignado se dejó sentir por todo el mundo. Lisboa, Londres, Frankfurt, Atenas, Roma y otras ciudades europeas vieron salir a las calles a sus ciudadanos para manifestar su indignación, unos con carácter general y otros, con la situación de sus propios países, como fue el caso de portugueses, griegos e italianos.
En Londres, el movimiento Occupy London comenzó la protesta en la catedral de San Pablo, donde acamparon hace varios meses en rechazo a los recortes presupuestarios y al desempleo derivados de la crisis económica.
Luego se desplazaron por la City y recorrieron varias instituciones financieras de esa capital como parte de las celebraciones por el primer aniversario de las protestas mundiales por un nuevo modelo económico, político y social.
Al llegar al Banco de Inglaterra, decidieron acampar y en ese momento la policía británica detuvo al menos a 19 personas y reprimió a quienes seguían acampadas.
Occupy London informó a través de su cuenta de twitter que los oficiales rodearon el área, agredieron a los manifestantes e iniciaron las detenciones ante la negativa de los inconformes de abandonar el área.
La protesta indignada global también se manifestó en Lisboa. Entre 500 y 1.000 personas marcharon por la principal avenida de Lisboa, la Avenida da Libertade, para unirse en la conmemoración anual de los Indignados de Madrid.
Menos que en otras ocasiones en una ciudad, Lisboa, y en un país, Portugal, que fue siempre muy receptivo con este movimiento. El lema más coreado hoy por los asistentes -en su gran mayoría jóvenes- era un sintomático: "España, Grecia, Irlanda y Portugal: la primavera es internacional" y el ya tradicional "FMI, fuera de aquí".
Entre los participantes, hubo muchas alusiones críticas al gobierno del conservador Pedro Passos Coelho, un seguidor a ultranza de las tesis de los ajustes.
La marcha coincidió con otras, menos numerosas, celebradas en Oporto, Coimbra y Braga.