El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y el líder del partido opositor Kadima, Shaul Mofaz, llegaron a un sorpresivo acuerdo para formar gobierno y cancelar la convocatoria a elecciones anticipadas. Apoyos y críticas en el arco político israelí.
Según informa el diario Haaretz, por virtud de este acuerdo el Kadima se compromete a apoyar las políticas del Gobierno de Netanyahu en la Knesset (Parlamento) hasta el término de su mandato, en 2013.
Así, el nuevo gobierno israelí estará en manos de una coalición formada por Likud (derecha), Kadima (centro derecha), Israel Beitenu (ultranacionalista), Shas (ultraortodoxos sefardíes) y otros partidos menores religiosos y de extrema derecha, así como Atzmaut, la formación que creó Ehud Barak al abandonar el laborismo.
Con este acuerdo queda sin efecto la convocatoria que había hecho el propio Netanyahu horas antes de las elecciones anticipadas para el 4 de septiembre y se mantiene la fecha original de octubre de 2013.
Como contrapartida al apoyo parlamentario, Kadima formará parte del Ejecutivo con Mofaz como viceprimer ministro, ministro sin cartera y miembro del gabinete de seguridad, informó la agencia de noticias DPA.
Con este apoyo de la fuerza centroderechista, la coalición de gobierno de Netanyahu suma 24 diputados más en el Parlamento y alcanza una amplísima mayoría con 94 del total de 120 representantes.
Además, a cambio del apoyo de Kadima, Netanyahu se compromete a reemplazar la llamada Ley Tal, que permite a los judíos ultraortodoxos ausentarse del servicio militar, así como a reformar el sistema electoral.
"La unidad restaura la estabilidad, un gobierno de amplia unidad nacional es bueno para la seguridad, bueno para la economía y bueno para el pueblo de Israel", expresó Netanyahu al alabar el acuerdo alcanzado.
Por su parte, el presidente de Israel, Shimon Peres, llamó telefónicamente a Netanyahu desde Canadá para felicitarlo y transmitirle que "la unidad beneficia al pueblo israelí", según informó su oficina.
Mofaz fue nombrado hace dos semanas líder del partido fundado por Ariel Sharon en 2005, tras derrotar a la ex canciller Tzipi Livni en las elecciones primarias.
En ese momento y en una entrevista concedida al diario Haaretz, Mofaz reflejó una posición absolutamente diferente a la que muestra hoy, al afirmar que si triunfaba en la interna partidaria el Kadima no formaría parte del gobierno de Netanyahu.
"Bajo mi liderazgo, el Kadima seguirá en la oposición. El actual Gobierno representa todo lo que es erróneo en Israel", había afirmado entonces, por lo que ahora debe soportar una catarata de críticas.
La líder de Meretz, Zahava Gal-On, aseveró que el acuerdo "es una vergüenza para el Parlamento y un terrible mensaje para el público", al tiempo que lo calificó de "mega maniobra" del primer ministro para evitar los comicios y un "movimiento desesperado" del Kadima para evitar una crisis entre sus filas.
Shelly Yajimovich, presidenta del Partido Laborista, calificó a su vez el paso dado por Netanyahu como "el curso zigzagueante más ridículo en la historia política de Israel".
En la misma línea se manifestó el conocido presentador de televisión Yair Lapid, quien busca presentarse en las próximas elecciones y habló de un "pacto repugnante".
"Este es el momento de sacarlo de nuestras vidas", escribió en su página de Facebook. "Ellos piensan que ahora van a continuar durante algún tiempo y que nos vamos a olvidar, pero están equivocados. Esta alianza política asquerosa enterrará a todos los involucrados", agregó el periodista que recientemente creó el partido Iesh Atid (Hay futuro).