“Una experiencia”, la puesta de Lucía Panno protagonizada por Federico Gelber, Paula Grinszpan y Paula Pichersky ofrece, cada viernes a las 23 en el Camarín de las Musas, una obra delirante y absurda sobre la vida, la muerte, el más allá y los erráticos senderos de la autoayuda.
Anunciada como una historia de fantasmas, “Una experiencia” aborda el terrible fallecimiento de Maia (Grinszpan), una chica que pierde la vida en un accidente automovilístico pocos días después de su fiesta de egresados.
Aquella fatalidad, donde la existencia de esa joven pareciera encontrar su límite en la mismísima muerte, abre paso a algo más: el inexplorado “más allá”, un mundo altruista donde el amor circula y otra vida pareciera seguir algún tipo de cauce.
Allí, su devenir la quiso como secretaria de Freddy (Gelber), un famoso escritor de libros de autoayuda que, a pocos días de su boda con una “planta mujer negra”, recibe amablemente a Marcela (Pichersky) una periodista del “más acá” interesada en retratar la intrigante vida después de la muerte.
“Es una obra cómica y dramática al mismo tiempo y en la misma proporción, porque sin el absurdo no sé si podríamos hablar de ciertos temas sin caer en lugares solemnes”, comentó a Télam Lucía Panno, autora también de “Rocío” y “El esternón es un músculo”.
“Fue todo fue muy natural -agregó la joven dramaturga-, había algo muy lúdico, de jugar y divertirnos con un tema medio oscuro de fondo y eso me interesó, el dame cuenta que se podían mezclar elementos desopilantes y arbitrarios al extremo con cosas más espesas”.
Es que la presencia de la periodista, con sus preguntas sobre el más acá, el más allá, la muerte y el mundo de los vivos, abre paso a un sinfín de disquisiciones filantrópicas e idealistas de un Freddy que aparece como un tributo a la amabilidad y la parsimonia, condiciones que se irá perdiendo con el correr de la charla.
“Lo que empieza siendo un jardín lleno de plantas, flores y pajaritos cantando en un contexto donde al amor no hace más que fluir sin distinción de especies, comienza a mutar en algo medio monstruoso”, advirtió Gelber a Télam.
En ese sentido, el humor aparece como el soporte natural de toda la trama acodado en extraños matices y desopilantes remates orientados más bien a mitigar los golpes más duros que puede llegar a tener el texto.
“Nos preguntamos por lo absurdo y por el mundo, hablamos de cosas bastante universales que le puede gustar a mucha gente y, en definitiva, el humor es algo sencillo”, remarcó el actor que participó del Ciclo de Teatro Solemne, coordinado por Matías Feldman y Santiago Gobernori.
“Lo difícil del humor -explicó- es que la risa para los actores es como una droga y como la obra tiene también un canal más oscuro, resulta muy difícil sortear las situaciones planteadas como cómicas si en esa función nadie se ríe, pero es parte del riesgo que uno toma”.
En ese contexto, lo distinto, personificado en la muerte como vida que da continuidad a la vida, está representado con un gran parque lleno de flores, plantas y pájaros.
“A nosotros -concluyó Panno- no nos interesaba apostar a elementos futuristas para hablar del más allá, porque por más que le dimos vueltas, nosotros no descartamos que tal vez la muerte sea como un jardín”.
“Una experiencia” se presenta todos los viernes a las 23 en El Camarín de las Musas (Mario Bravo 960, Capital).