"Esperemos (...) que el arresto sea un caso aislado y que no haya otros traidores conspirando contra el Vaticano", afirmó el prelado en relación al hurto masivo de documentación sensible de las máximas autoridades de la Iglesia Católica.
"Hasta que los magistrados (vaticanos) hayan echado suficiente luz sobre este chocante caso, nadie puede excluir escenarios como conspiraciones o tramas organizadas", afirmó el religioso, según reflejó también la agencia DPA.
El cardenal Sarah, de nacionalidad guineana, es uno de los clérigos africanos más importantes del Vaticano y preside el Pontificio Consejo "Cor Unum", responsable del trabajo misionero y de la ayuda humanitaria.
En el repotaje, el sacerdote puntualizó que él y el resto de la curia están "sorprendidos y profundamente tristes" por la detención el viernes pasado de Paolo Gabriele, de 46 años, mayordomo personal del papa Benedicto XVI.
En la casa que Gabriele comparte con su esposa y tres hijos, la policía encontró numerosos documentos sensibles del Vaticano, de los cuáles no pudo esplicar cómo estaban en su poder.
Varios de esos documentos, como cartas dirigidas al pontífice, fueron filtrados en los meses pasados a los medios y están contenidos también en un libro, titulado "Su Santidad", del periodista de investigación italiano Gianluigi Nuzzi, que salió a la venta la semana pasada.
En algunos de los papeles que ahora vieron la luz, altos dignatarios de la iglesia escriben a Benedicto XVI para advertirle de casos de nepotismo y corrupción en contratos vaticanos.
Otros hablan de la posible existencia de una lucha de poder entre religiosos afines y críticos del número dos en la jerarquía del Vaticano, el secretario de Estado Tarcisio Bertone.
La magnitud que está tomando el escándalo llevó a que ya se lo conozca como "vaticanleaks", recordando la publicación masiva de documentos secretos de los Estados Unidos por el sitio Wikileaks.
Gabriele fue acusado formalmente de "hurto agravado" y permanece detenido en un cuarto especialmente acondicionado, ya que las tres celdas del Vaticano las usa Gendarmería, la fuerza de policía de 150 hombres dentro del estado pontificio.
En su libro, Nuzzi identifica a su principal fuente como un empleado vaticano que después de más de 20 años de servicio quiere llamar la atención sobre la "hipocresía" de la Santa Sede.
Un dato que no pasó desapercibido, en medio de este escándalo sin precedentes de la vida de la Iglesia, es que el arresto del mayordomo desleal ocurrió un día después de que fuera forzado a dimitir Ettore Gotti Tedeschi, el presidente del banco vaticano IOR.
El consejo de administración de la entidad le retiró su confianza, entre otras cosas, porque no pudo explicar cómo llegaron a los medios algunos documentos confidenciales que obraban en su poder.
Sin embargo, hasta ahora se desconoce si existen vínculos entre la dimisión de Gotti Tedeschi y la investigación que involucra a Gabriele.