La hija de Diego Maradona se presentará en el Teatro Sha los viernes y sábados con una obra que es una tesis, ensayo, reflexión y catarsis.
El 2 de Abril de 1987 nace Dalma Nerea Maradona Villafañe, hija de Claudia Rosana Villafañe, y de Diego Armando Maradona.
Un año antes de su nacimiento, luego del mundial de fútbol de 1986, una publicación afirmó que su papá era más famoso que Jesús.
Hija de Dios es tesis, ensayo, reflexión y catarsis. Es relato en primera persona, testimonio de vida, teatro documental.
Todos, antes de ser quienes somos, somos hijos de alguien. Llegamos al mundo como “hijos de” antes de siquiera ser nombrados. Y heredamos rasgos, genes, sangre, ideales. Heredamos historias, anécdotas y sentido del humor. Heredamos amores y odios, fanatismos y polémicas. Y luego nos queda la vida, nuestra vida, para construirnos como seres individuales, únicos y libres.
Hija de Dios muestra la construcción de un “Yo soy” a partir de la deconstrucción de “Él es”. Porque Él es ídolo, genio, gol, mito, es diez, y es Dios. Pero, ante todo, es papá.
“Hija de Dios me da la posibilidad de expresarme y compartir la mirada que yo tengo sobre mi papá y sobre el fenómeno que representa. Siempre conté anécdotas entre amigos y los veía disfrutar y reírse con mis historias, pero a la vez sorprenderse porque mi vida como hija "del diez" no es tan extraordinaria ni tan especial como se suele imaginar. Mi hermana y yo recibimos muchísimo amor y tenemos un sentimiento de familia inquebrantable. Eso se lo debemos a mi mamá y a mi papá, y este espectáculo es una manera de agradecérselos. Hija de Dios pretende ser un abrazo teatral, porque el teatro es el lugar que yo elegí para crecer, para dejar de ser "hija de" y empezar a ser "actriz". Todos los que formamos parte de esta obra nos propusimos abrazarnos entre nosotros, porque nos queremos, nos admiramos y festejamos seguir trabajando juntos; y abrazar a nuestros padres porque les debemos la vida y porque todos somos "hijos de" ellos”, confió la actriz.
Un año antes de su nacimiento, luego del mundial de fútbol de 1986, una publicación afirmó que su papá era más famoso que Jesús.
Hija de Dios es tesis, ensayo, reflexión y catarsis. Es relato en primera persona, testimonio de vida, teatro documental.
Todos, antes de ser quienes somos, somos hijos de alguien. Llegamos al mundo como “hijos de” antes de siquiera ser nombrados. Y heredamos rasgos, genes, sangre, ideales. Heredamos historias, anécdotas y sentido del humor. Heredamos amores y odios, fanatismos y polémicas. Y luego nos queda la vida, nuestra vida, para construirnos como seres individuales, únicos y libres.
Hija de Dios muestra la construcción de un “Yo soy” a partir de la deconstrucción de “Él es”. Porque Él es ídolo, genio, gol, mito, es diez, y es Dios. Pero, ante todo, es papá.
“Hija de Dios me da la posibilidad de expresarme y compartir la mirada que yo tengo sobre mi papá y sobre el fenómeno que representa. Siempre conté anécdotas entre amigos y los veía disfrutar y reírse con mis historias, pero a la vez sorprenderse porque mi vida como hija "del diez" no es tan extraordinaria ni tan especial como se suele imaginar. Mi hermana y yo recibimos muchísimo amor y tenemos un sentimiento de familia inquebrantable. Eso se lo debemos a mi mamá y a mi papá, y este espectáculo es una manera de agradecérselos. Hija de Dios pretende ser un abrazo teatral, porque el teatro es el lugar que yo elegí para crecer, para dejar de ser "hija de" y empezar a ser "actriz". Todos los que formamos parte de esta obra nos propusimos abrazarnos entre nosotros, porque nos queremos, nos admiramos y festejamos seguir trabajando juntos; y abrazar a nuestros padres porque les debemos la vida y porque todos somos "hijos de" ellos”, confió la actriz.