Ambos dirigentes asistirán a diferentes concentraciones en una jornada signada por el anuncio oficial de que la tasa de desempleo subió una décima, a 7,9%, pero ello se debió a que hubo más estadounidenses buscando trabajo.
El equipo que acompaña a Obama festejó el anuncio subrayando que la economía del país había creado 171.000 empleos en octubre, la cifra más alta desde que se inició la crisis que se suma a los índices positivos de los dos meses anteriores.
El informe de desempleo se sumó a los recientes reportes positivos sobre los precios de las viviendas, las ventas de autos, los gastos de construcción y las ventas minoristas, todos los cuales alimentan la idea de una reactivación económica.
Sin embargo, Romney dijo que los indicadores eran un “triste recordatorio” de que la economía de Estados Unidos estaba en una “virtual paralización” y que las cifras de desempleo no eran muy diferentes de cuando el presidente asumió su cargo y heredó la crisis desatada por el republicano George W. Bush.
Obama, quien retomó su campaña ayer luego de dedicarse tres días a atender los desastres causados por el huracán Sandy, recibió el respaldo del alcalde de Nueva York, el independiente Michael Bloomberg.
El poderoso empresario destacó la rápida y efectiva respuesta de Obama ante la tormenta y dijo que el país necesitaba un líder "que considere los cambios climáticos como un problema urgente que amenaza nuestro planeta. Quiero un presidente que dé prioridad a la evidencia científica y el análisis de riesgo por encima de las políticas electorales".
Las encuestas coinciden en que ambos candidatos están muy parejos en la cantidad de votos que recibirían el martes 6 de noviembre. Los sondeos realizados en los estados que se manifiestan indecisos indican que todavía ninguno de los dos puede confiarse en ganar los 270 de los 538 votos electorales para coronarse triunfador en los comicios.
Junto con la disputa por la Casa Blanca, demócratas y republicanos están batallando por el control del parlamento, clave para que el próximo presidente pueda desarrollar su política.
"Cada vez que hemos tratado de hacer cambios, ellos se han resistido con todas sus fuerzas", dijo Obama a los votantes en uno de los actos de campaña. "Su estrategia desde el principio fue lograr un estancamiento total en el congreso", añadió.
El mandatario reconoció que algunos compatriotas podrían sentirse frustrados porque no se produjeron cambios con la suficiente profundidad y celeridad, pero recordó que pese a los obstáculos republicanos había logrado la aprobación de un nuevo sistema de salud, el rescate de la industria automotriz y la finalización de la guerra de Irak.
Basándose en ello, Obama hizo un llamado para que apoyen su reelección y no a los que generaron la crisis que sacude al país. "Yo sé cómo es el verdadero cambio porque he luchado por él", subrayó. "Tengo las cicatrices que lo prueban. Ustedes también".
Romney, en cambio, prefirió atacar a su contrincante avivando las acusaciones -absurdas para la inmensa mayoría de los analistas- de izquierdista contra el mandatario. En un mensaje por televisión mostró al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y a Mariela Castro, hija del presidente de Cuba, declarando que apoyaban la reelección de Obama.
En sus discursos ante sus partidarios, el candidato republicano siguió hablando de un plan de cinco puntos para revertir la crisis económica, cuyos detalles nunca dio a conocer. "Este es un momento para la grandeza. Este es el momento para un gran cambio, para un cambio verdadero", dijo el ex empresario acusado de amasar millones evadiendo impuestos.
Obama "hace nuevas promesas que no podrá cumplir" porque seguirá "por el mismo camino", lo que llevará al país a tener "20 billones de dólares de deuda y un desempleo agobiante", advirtió Romney.
El presidente "prometió cambio, pero no ha cumplido", enfatizó el líder republicano tras señalar que Obama no ha colaborado con los republicanos para sacar adelante leyes en el Congreso.
"La pregunta en esta elección se reduce a esto: ¿quieren más de lo mismo o un cambio real?", concluyó el candidato en la ciudad de Etna, Ohio.
Obama le respondió desde Hilliard, otra población de Ohio, atacando su falta de precisión en sus planes, su alianza con el ultraderechista Tea Party y la falta credibilidad a los datos que ofrece.
"Cambio no es negarse a revelar los detalles específicos de tu plan de gobierno", dijo el presidente. "Cambio no es dejar que tus políticas queden cautivas de la agenda del Tea Party. Y cambio tampoco es intentar cambiar los hechos para que se adapten a las necesidades de tu campaña electoral".