Miles de personas salieron a las calles de Chicago para manifestarse contra la cumbre de la OTAN, reunión clave en que líderes de 50 países definirán una estrategia común de salida de Afganistán, tras más de una década de guerra, entre otros temas.
En una ciudad blindada con más de 3 mil agentes especiales, con calles cortadas, piquetes policiales en las esquinas y restricciones en el tren subterráneo, la policía informó de "algunos heridos y arrestos" pero señaló que la situación está controlada.
Desde hace días llegan a Chicago cada vez más activistas convocados para aun protesta central que se realizará este domingo al mediodía a la que se espera que acudan miles de personas, según informó la agencia alemana de noticias DPA.
Las fuerzas de seguridad informaron que frustraron varios intentos de ataque, entre otros contra la oficina electoral del presidente, Barack Obama.
El sábadoo, miles de personas protestaron entre los rascacielos de Chicago bajo el lema "la OTAN supone la Tercera Guerra Mundial".
En la cumbre, que arranca este domingo y se prolonga hasta el lunes, los líderes de la Alianza Atlántica definirán las siguientes etapas del proceso de transición en Afganistán para que las fuerzas internacionales cedan a las afganas la responsabilidad de mantener la seguridad.
Ese proceso arrancó en marzo de 2011 y deberá completarse a fines de 2014, cuando se espera el repliegue del grueso de los 127.000 militares que más de 50 países tienen desplegados en la actualidad.
Durante la reunión, está previsto que se cree una nueva misión de "entrenamiento, asesoramiento y asistencia" para seguir apoyado a las fuerzas afganas y darán instrucciones a los mandos militares de la OTAN para que inicien "una planificación cuidadosa" sobre sus cometidos concretos y el tipo de recursos necesarios, informó Europa Press.
Asimismo, se abordará el tema de los aportes económicos de cada país para sostener a largo plazo a las fuerzas afganas, dado que Kabul no podrá hacerlo por sí sólo a corto y medio plazo, de cara a la conferencia de donantes que se celebrará en Tokio en julio.
La cumbre estará signada por la promesa realizada durante su campaña por el presidente francés, François Hollande, de retirar este mismo año a sus tropas, y existe gran expectativa sobre el posible impacto que esto pueda traer, tanto sobre el terreno como sobre el resto de países aliados.
El secretario general de la alianza, Anders Fogh Rasmussen, dijo estar confiado en que "puedan encontrar soluciones" si finalmente Francia retira las tropas este año, dos años antes de lo pactado por los aliados con Kabul en la cumbre de Lisboa, en noviembre de 2010, y un año antes de lo anunciado por el anterior presidente francés, Nicolas Sarkozy, que prometió retirarlas en 2013.
Varias fuentes de la OTAN, no obstante, confían en que finalmente Hollande no retire los 3.300 soldados de golpe este año y, en todo caso, recuerdan el compromiso de París de mantener "varios centenares de instructores" después de 2014.
Estados Unidos, que tiene 90.000 efectivos del total de militares extranjeros desplegados en Afganistán, retirará otros 22.000 para septiembre, que se sumarán a los 10.000 que ya replegó este año.
A finales de septiembre, el comandante de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF, la misión de la OTAN en Afganistán), el general John Allen, hará sus recomendaciones sobre el número de efectivos que necesita para 2013, aunque una fuente de alto nivel de la Alianza Atlántica asegura que ese año todavía habrá "un número muy significativo de fuerzas de la ISAF en varias zonas" del país.