La ex diputada nacional Cecilia Merchán dijo que la corriente La Colectiva servirá para "organizar a un montón de gente que acompaña al Gobierno nacional y las impulsa”, y que también ve que queda mucho por hacer”.
Merchán dijo también que "para eso hay que terminar con las mezquindades, ser constructores y no destructores" porque "hay quienes dicen ‘tenemos que hablar desde los principios’ y después están con Alfonsín, o con otros con los que no tenemos nada que ver”.
¿Por qué nace La Colectiva?
La constituimos en marzo con la idea de crear o encontrar formas de organizar a un montón de gente que acompaña al Gobierno nacional y las impulsa, y que también ve que hay algunas continuidades del modelo neoliberal, como revisar qué pasa con la minería, los agrotóxicos, o cómo se reconstituye una forma realmente diferente de hacer política.
Nosotros creemos que todas esas cosas se pueden hacer, que hay que trabajar para que efectivamente haya un cambio en las estructuras políticas, fundamentalmente en la provinciales. También podemos aportar desde distintos lugares, en ejes como género y diversidad, recursos naturales, economía social, que son con los que nos vamos a meter fuerte.
¿Por qué este cambio de posición respecto del kirchnerismo?
Nosotros entramos a la Cámara (de Diputados) y yo encabecé una lista de gente que acompañaba al Gobierno nacional, después vimos que hubo una ‘pejotización’, que no era nuestro espacio, y tratamos de unirnos con otros sectores, pero desde mi perspectiva no se logró una agrupación que acompañara lo que veía bien y criticara lo que veía mal. No una agrupación que se uniera con Alfonsín, sino una para tirar adelante el proceso para que avance, y no para tirar para atrás.
Me retiré de Libres del Sur sin hacer ningún escándalo, pero sí hubo una gran diferencia en política entre mi mirada y la de muchos compañeros de Libres y Proyecto Sur.
Nunca entré al FAP (Frente Amplio Progresista), pero tampoco creo que sean un enemigo político. Hay que construir con una mirada de la realidad más abierta y hasta más optimista de lo que pasa en Latinoamérica y nuestro país.
¿Cómo evalúa el actual proceso continental?
Creo en la unión latinoamericama y hay que mirar esos procesos, porque son muy ricos y muy contradictorios. Cuando pensamos lo que ocurre en Ecuador, Venezuela, Bolivia, Uruguay, desde acá nos parecen realidades ideales, y son complejas y contradictorias, y así tenemos que poner a nuestro país, con un Gobierno que va para ese lado.
No todos coinciden con esa mirada.
Hay muchos compañeros que interpretan que hay que ser opositores a este Gobierno por lo que no se ha hecho; que tiene que ser una oposición férrea, total y absoluta, en función de que hay cosas que todavía faltan, como la minería a cielo abierto o lo que queda por hacer en el sistema tributario, y de que hay mucho pobres aún, que efectivamente son cuestiones para instalar y trabajar.
Pero en 2007 decíamos ley de medios, o matrimonio igualitario, y quién iba a decir que después de aprobarlas, hoy estaríamos recuperando YPF con un 51% de las acciones; y esas cosas suceden si confiamos en la sociedad argentina y en la visión política que ha tenido el Gobierno de llevarlas adelante con decisión.
La propia Presidenta ha dicho que ‘los cambios llegan cuando tienen que llegar’.
Creo que es así, aunque eso no debe conformarnos. Cuando presenté el proyecto de Papel Prensa, era ése el momento y era el proyecto más completo que se había logrado, en el que habían trabajado diarios y revistas de todo el país. Hay momentos políticos en los que hay que tener confianza en la oportunidad, y en esas oportunidades actuar.
Creo que este Gobierno ha dado condiciones, oportunidad de temas; también cuestiono cosas y creo que no está bueno para nada decir ‘con lo que se logró hasta acá está bien’.
No podemos decir ‘no damos un paso más. La Presidenta tiene que gobernar, pero los demás tenemos que proponer e instalar los temas, abrir caminos. Seguir instalando debates hacia el futuro; no estancar el proceso, porque si no retrocede.
¿Cómo se inserta en ese proceso La Colectiva?
Tenemos que seguir creando rupturas con el modelo neoliberal, plantearlas sin miedo y creer que efectivamente en la Argentina puede haber un debate en serio sobre minería, agrotóxicos, o cómo va a ser nuestra forma de organización política, porque es un problema que sigamos discutiendo sobre la base de estructuras que son arcaicas.
A su vez, no reconocer los avances que se han dado en estos años en la sociedad argentina es no ver y tratar de tapar la realidad.
¿Cómo evalúa las las divisiones del progresismo? ¿Priman los egos?
En parte sí, hay egos demasiado grandes, pero por otro lado hay compañeros que tienen una visión política errada absolutamente, y como la política se construye de acuerdo a esas visiones, no hay nada que hacerle.
La realidad hay que verla con sus contradicciones y potencialidades, avances y retrocesos, y también con un gran optimismo sobre la potencialidad de la sociedad argentina.
¿Hay también miedo a meterse en el barro?
Yo estoy metidísima en el barro y siento que mantenemos nuestros principios, no tenemos un problema de saber que queremos jugar y estar, pero está mal creer que por eso dejamos de tener principios. Hay quienes dicen que tenemos que hablar desde los principios y después están con Alfonsín, o con otros con los que no tenemos nada que ver. Entonces no es un problema de principios sino de visión política.
Yo creo que gente con principios hay en todos los ámbitos y en todos los frentes en la sociedad argentina. Los hay en el peronismo, en el FAP, el radicalismo, en la izquierda, porque una cosa son los principios y otras las ideas políticas.