El filme, dirigido por Fermín Rivera y Mónica Gazpio y que propone un recorrido cinematográfico en relación con las problemáticas y reflexiones que abre el tema de la adopción, se estrena el jueves comercialmente.
"Aun cuando se trata de una película temática creo que a nadie le puede resultar indiferente, principalmente por los tópicos que se ponen en juego y sobre los que se discute, tales como que el instinto materno no existe y que todos nosotros, seamos hijos o padres biológicos o adoptivos, establecemos un vínculo, que los especialistas llaman apego, y que es una construcción", comenta a Télam Fermín Rivera, productor y codirector de la cinta.
El realizador, que anteriormente y en solitario, había entregado los documentales: “Pepe Núñez, luthier” (2006), nominado al premio Cóndor, y “Huellas y Memoria de Jorge Prelorán” (2009), que ganó 13 lauros nacionales e internacionales, dice además que el filme que se estrena el jueves "propone una mirada más humana y comprensiva de los distintos roles y lugares involucrados en una adopción".
"Es parte de un discurso social, muy estimulado por los medios de comunicación, cierta condena sobre la decisión de la madre biológica de entregar un hijo en adopción; sin tener en cuenta ni la situación que atraviesa esta mujer, ni la ausencia del Estado, ni el maltrato al que suele ser sometida cuando expresa su decisión", agrega Rivera.
También la película pone el foco en los padres que adoptan, que reniegan del mote de "gente de gran corazón" y "almas caritativas" que les otorga cierto imaginario y señalan que en ellos hay amor pero también un deseo muy fuerte de ser padres y una necesidad y que son los niños adoptados los que les dan esa posibilidad.
La película fue rodada entre fines de 2010 y parte del 2011 y surgió a partir del interés de Mónica Gazpio, madre adoptante, de proponer parámetros distintos a los del discurso social hegemónico en torno de esta temática, tanto para los niños, como para las madres adoptantes y las biológicas.
A lo largo del filme se escuchan distintas voces, historias y perspectivas: madres adoptantes, personas que fueron niños adoptados y especialistas (abogados, pediatras, psicólogos).
También hay, pero en boca de actores que se prestaron desinteresadamente a participar del filme (Mariana Richaudeau, Cecilia Rossetto, Celina Font, Osvaldo Laport y Laura Azcurra), testimonios cuyas rostros prefirieron mantener en anonimato los realizadores.
"Fue una decisión que se vinculó tanto con la idea de no utilizar testimonios de espaldas o a contraluz pero también con el objetivo de preservar a ciertas personas de relatos quizás muy duros, al tiempo que poniéndolos en boca de actores y actrices de llegada popular se podía generar una suerte de empatía o identificación de mayor alcance", indica Rivera.
Codirector y productor de la cinta, cuyo guión pertenece a Gazpio, Rivera remarca que el tema de la adopción "por un lado es complejo, por otro está como dejado de lado por el Estado y además tiene toda una serie de cuestiones muy complejas y complicadas en relación con lo legal".
"La condición de adoptabilidad de un niño no es tan sencilla y a esto se suma que hay unos tiempos judiciales que siempre son largos pero que en este caso ignoran las necesidades y ansiedades tanto de unos padres por encontrar un hijo como de unos hijos, abandonados, por encontrar a sus padres", relata el codirector del filme.
Además de su estreno comercial del jueves en el cine Gaumont Espacio Incaa KM 0, los realizadores de la película planean un circuito alternativo que haga posible que la película llegue a personas involucradas con la temática a través de distintas asociaciones y vínculos.
"Esa va a ser otra experiencia, porque cuando la gente está personalmente implicada con cuestiones relativas a la adopción surgen otros comentarios, otros ida y vuelta, otras reflexiones", concluye Rivera.