Mara Laudonia, enviada especial
La Argentina cuestionó una vez más las recetas de ajuste que los países desarrollados insisten en aplicar para salir de la crisis y en cambio pidió la aplicación de políticas fiscales expansivas con eje en el empleo y la inclusión social, en el marco de la Cumbre de Primavera del FMI y Banco Mundial.
El ministro de Economía, Hernán Lorenzino, participó hoy del Comité Monetario y Financiero del FMI, donde la máxima preocupación sigue siendo la implementación de medidas que logren contrarrestar la "frágil" situación que padecen los países avanzados.
"Ante la conclusión de que las economías avanzadas se recuperan muy lentamente, lo que es una de las mayores preocupaciones de esta cumbre, la Argentina planteó serias dudas respecto a las políticas que aplican los países desarrollados por recomendación del FMI, ya que no garantizan empleo", dijo Lorenzino a Télam tras culminar la cumbre.
El ministro argentino insistió ante los representantes de los 187 países miembros del Fondo con la aplicación de políticas fiscales orientas al empleo y crecimiento. "A nivel estadístico, no encontramos un sólo datos que pruebe que las medidas de consolidación fiscal, un eufemismo de las políticas de ajuste, generen crecimiento", lanzó.
"Nosotros somos el mejor ejemplo de que la flexibilización laboral aplicada en los `90 (enarbolada en las medidas de reformas estructurales), destruyeron puestos de trabajo, no dieron impulso al crecimiento, sino que agravaron la situación fiscal".
"Una fracción importante y creciente de el desempleo (en los países desarrollados) es a largo plazo y, si no se reduce, además de socavar la cohesión social, significará una menor contribución a los fondos de pensiones, que pondrán en peligro su sostenibilidad a largo plazo, además de los problemas de envejecimiento de la población", señaló el ministro argentino, quien este año ostenta la silla regional, representando también a Chile, Perú y Uruguay.
Para hacer frente a la crisis, la Argentina fomenta una "alianza regional para mantener los mercados internos", en consonancia con sus pares de América Latina, y en este sentido ponderó el uso de monedas locales para bajar la dependencia a la volatilidad del dólar.
Respecto del mayor aporte de recursos al Fondo, donde Japón y los BRICS contribuyeron con gran parte de los 430.000 millones de dólares comprometidos y anunciados ayer por los países del G20, las potencias emergentes condicionaron los mismos a una aceleración de la aplicación de la reforma de los organismos para darle un mayor poder de voto a los nuevos jugadores en la economía mundial.
La Argentina acompañada por otros países emergentes apoya esta "posición y pidió además que se revisen las condicionalidades" de metas macroeconómicas, que hacen de difícil acceso a los préstamos.
Asimismo, según Lorenzino, "la fórmula de la cuota debería ser modificada para que se tome encuentra el PBI en términos de poder adquisitivo de los países" y no en valores nominales, para reflejar el verdadero peso de las economías emergentes, que hoy son el motor del crecimiento global.
Esto le otorgaría mayor peso en el directorio a los países emergentes en detrimento de los europeos.
La Argentina insistió con otra opción que los presidentes pidieron explorar en la última cumbre de Cannes del G20, y que "es considerar nuevas asignaciones de DEG (la moneda del FMI) como la asignación acordada en Londres en 2009, era un sabio y decisión valiente en medio de la peor crisis financiera en las últimas décadas".
En aquella oportunidad esa asignación le permitió a la Argentina incorporar unos 2.500 millones de dólares en reservas.
Por último, Lorenzino alentó la idea de incluir en la agenda del Fondo el concepto reformular los mecanismos de restructuración de deudas soberanas.
"La crisis de la deuda zona euro, nos enfrenta con el desafío de abordar eficazmente la necesidad de un mayor estudio de los mecanismos de reestructuración de la deuda soberana", consideró.
Se trata de un punto que viene defendiendo la Argentina y que fue incluido en la agenda del G24, tras la reunión ministerial celebrada en la víspera de la Cumbre de Primavera del Fondo.