La Cámara Federal confirmó los procesamientos con prisión preventiva y multimillonarios embargos a un civil y a un ex policía por centenares de casos de homicidios en el ámbito de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) durante la última dictadura militar.
La resolución del tribunal, que coincidió con la dictada en primera instancia por el juez federal Sergio Torres, alcanzó a Carlos Héctor Gattoni y Raúl Armando Cabral, a quienes se les dictaron embargos de 799 millones y 492 millones de pesos, respectivamente, sobre sus bienes.
La Sala II de la Cámara responsabilizó a Gattoni como “partícipe necesario” en 157 casos de “imposición de tormentos”, 26 de ellos seguido de muerte en concurso con 642 privaciones ilegales de la libertad, de la que en 26 hechos resultó el homicidio de la víctima.
Los camaristas Martín Irurzun y Eduardo Farah acotaron que Cabral fue “partícipe necesario” de 371 casos de privaciones ilegales de la libertad, 24 de ellos con el homicidio de las víctimas, y 121 imposiciones de tormentos, de las cuales 24 tuvieron como resultado la muerte de los detenidos.
Entre las víctimas de los delitos que tienen a Gattoni y Cabral como “partícipes necesarios” figuran el ex secretario general del gremio Luz y Fuerza, Oscar Smith; las periodistas Lila Pastoriza y Miriam Lewin; la socióloga Graciela Daleo, estas últimas sobrevivientes de la ESMA.
También, en “actuaciones conexas” se investigaron los casos del periodista Rodolfo Walsh y la joven sueca Dagmar Hagelin, entre otros números hechos de violaciones a los derechos humanos.
Gattoni, que estuvo en la ESMA desde marzo de 1966 hasta agosto de 1992 como “docente civil” especialista en electrónica, radares y antenas, era apodado “Gato” y según testigos, habría creado una picana de la que se ufanaba que era “diferente, porque dolía más pero dejaba menos marcas”.
Cabral, alias “tiburón”, era miembro de la Policía Federal pero, según la prueba reunida, desde el 7 de enero de 1977 y durante más de seis años se desempeñó “en comisión” en el instituto de formación naval que funcionó como centro clandestino de detención.
Gattoni “auxilio” y Cabral integró el Grupo de Tareas 3.3.2. de la ESMA, “colaborando ambos en la obtención de información que se hallaba entre los cometidos de sus quehaceres ilegítimos”, expusieron Irurzun y Farah.