La pareja realizaba su baile más arriesgado cuando en un momento son retirados del agua con una polea que esta vez quedó trabada dejándolos suspendidos en el aire.
Solo el brazo del bailarín sostenía su cuerpo y el de la bailarina que se agarra a sus piernas para salir del agua.
Los técnicos no podían hacer bajar la polea y hasta tuvieron que elevarla más y poder hacer que baje a los bailarines.
Flavio Mendoza se asustó tanto que sus cuerdas vocales quedaron disfónicas y estuvo a punto de suspender la segunda función.
“Fue terrible. Cuando bajamos y terminamos el cuadro, Flavio lloraba de los nervios”, contó Gisela Bernal, en diálogo con el periodista Pablo Layús, quien lo publicó en su portal,www.pablolayus.info.
La producción del espectáculo tuvo que auxiliar al coreógrafo y director general para que pueda realizar la segunda función. Finalmente todo salió muy bien pero del susto no se olvida.
Solo el brazo del bailarín sostenía su cuerpo y el de la bailarina que se agarra a sus piernas para salir del agua.
Los técnicos no podían hacer bajar la polea y hasta tuvieron que elevarla más y poder hacer que baje a los bailarines.
Flavio Mendoza se asustó tanto que sus cuerdas vocales quedaron disfónicas y estuvo a punto de suspender la segunda función.
“Fue terrible. Cuando bajamos y terminamos el cuadro, Flavio lloraba de los nervios”, contó Gisela Bernal, en diálogo con el periodista Pablo Layús, quien lo publicó en su portal,www.pablolayus.info.
La producción del espectáculo tuvo que auxiliar al coreógrafo y director general para que pueda realizar la segunda función. Finalmente todo salió muy bien pero del susto no se olvida.