El regreso funky de Illya Kuryaki and The Valderramas, el muy buen tercer disco del trío Eruca Sativa, un álbum de canciones de diversos artistas rindiéndole homenaje al Carnaval jujeño y Olga Román subyugada por las canciones del Cuchi Leguizamón, conforman las novedades discográficas de esta semana.
ILLYA KURYAKI AND THE VALDERRAMAS-CHANCES
Los casi hermanos Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur retomaron el cauce natural de las cosas, y tras una pacífica separación de 10 años, reunificaron las fuerzas en un disco con 14 canciones nuevas en la que exhiben su particular lectura del hip hop, el funky, el soul, el rap y el rock.
En tiempos en que se rinde una injustificada pleitesía a los raperos estadounidenses Kanye West y Jay-Z, que graban discos vulgares y mediocres y cuentan con un poderoso equipo de difusión detrás, los IKV despejan la maleza inútil y van directo a la fuente, al músico negro más talentoso de los últimos 30 años: Prince.
El aura del geniecillo de Minneapolis sobrevuela todo el nuevo disco de los IKV de la mano de Dante, Emma y el productor y tecladista de la banda, Rafa Arcaute, ganador de 7 premios Grammy Latino, quien logra que Chances sea un buen disco regreso de esta banda surgida a mediados de los `80.
Ula Ula, que abre el disco, es un típico funky Kuryaki a la que siguen Funky Futurista y Adelante, en donde más se percibe la presencia de Prince, de Sly and The Family Stone y George Clinton con Parliament Funkadelic.
La veta más cancionera aparece con Aguila Amarilla, una canción que los IKV escribieron en homenaje a Luis Alberto Spinetta, padre de Dante, y en la que el clan demuestra que la mejor forma de honrar al prócer es haciendo música.
La canción tiene a los IKV recitando una letra con muchos guiños a la poesía de Spinetta y con un puente beatle, notablemente construido para cerrar con un sentido solo que Dante grabó casi 20 veces hasta lograr el clímax que lo conectara con el espíritu de su padre.
Un águila amarilla de su lágrima salió volando/ trazando con polvo de oro el cielo del cual te hablo... Llegó el silencio y se llevó tus manos / pero tu corazón late en los que te amamos. Te amo porque inventaste el amor/ y es tanto tu amor que te volviste canción, rezan algunas de las hermosas líneas.
El regreso de los IKV comenzó a gestarse prácticamente con el descubrimiento del cáncer contra el que luchó Spinetta. En el funky rapeado Madafaka se sumaron los mexicanos de Molotov para construir una canción que hace mover `la patita`, mientras que Amor es una canción muy souleada, donde Emmanuel juega con mucha sabiduría con la voz en falsete y demuestra lo bien que le calza ese ritmo.
Monta el trueno es un funky muy juguetón que contiene otro homenaje a la obra de Spinetta -su título está tomado de la canción de Pescado Rabioso Despiértate nena-, que cierra este auspicioso regreso de una banda que resulto ser muy influyente en América Latina, como lo prueban los Calle 13 y varios grupos mexicanos que siguieron su camino.
En este disco Dante, Emmanuel y Arcaute estuvieron acompañados por el histórico Sergio Verdinelli en batería, Mariano Domínguez en bajo, Carlos Salas en percusión y toda la versatilidad y el poder que genera Matías Rada -hijo de Rubén- en las guitarras.
ERUCA SATIVA-BLANCO
El trío rockero liderado por la guitarrista y vocalista Lula Bertoldi y la bajista Brenda Martín, a las que suma el baterista Gabriel Pedernera, acaba de publicar su tercer disco.
Y lo hace mano de un importante sello discográfico, que parece despertar de su letargo para fichar a una de las bandas que más comentarios había generando entre los músicos, el público y la crítica.
Y aunque el disco sea distribuido por una major, las Eruca no hacen concesiones y salen a rockear con mucho power, haciéndoles honor a quienes los señalan como herederos de Divididos.
La influencia del grupo de Ricardo Mollo y Diego Arnedo se nota en las primeras cinco canciones del disco, al igual que el estadounidense Vernon Reid y los discos iniciales de su grupo Living Colour, amén de algún airecito a los viejos Red Hot Chilli Peppers sobre todo en la guitarra de Bertoldi.
Mientras que el trabajo de Brenda Martín con su bajo de cinco cuerdas es endemoniado, con algunos rasgos de Flea y de Les Claypool, de Primus, para conformar una base monolítica y virtuosa con Pedernera y darle al grupo aires de rock alternativo.
Blanco fue precedido por La carne (2009) y Es (2010) y representa una muestra del crecimiento del grupo, que se permite jugar con algún funky muy sucio pero también con el folclore argentino como ocurre en las notables Calma y Amor ausente, tal como lo hacen Mollo y Arnedo, pero también en la forma en que enseñó a fusionarlos el Chango Farías Gómez.
Como si se tratara de una montonera criolla, las Eruca salen a cortar cabezas desde el primer acorde y solo frenan en la embroncada Guitarras de cartón, en la que Fito Páez las acompaña en voz y haciéndose cargo del piano y la totalidad de los teclados.
Páez es uno de los fans de la banda y se ha cansado de recomendarlas a quien quiera escucharlo. La banda también mira hacia adentro de Córdoba, de la cual proviene, al tomar Amor Ausente de los folcloristas Eduardo Beschara y Claudio Pacheco, en la que un punteo eléctrico de Bertoldi se mezcla con los bombos legüeros grabados por Pedernera.
En tiempos de fragmentación y regreso a los singles, las Eruca grabaron un disco con 14 canciones, que incluyen un instrumental y un tema tocado y cantado por el cordobés Santiago Rissi, amigo de la banda.
Eruca Sativa conforma junto a Marilina Connor Questa, Trueno Blanco, Cirse y Seda Carmín un frente de grupos rockeros de mujeres o liderados por chicas, que a fuerza de insistencia y buenas canciones buscan enterrar el machismo y la ortodoxia que impera en la escena local.
En esa línea, Blanco es la confirmación de que las Eruca Sativa son cosa importante y que hay que prestarles atención.
VARIOS-APACHETA MUSICAL-DOSCIENTOS AÑOS DE MUSICAL JUJEÑA
El idioma quichua da el nombre de Apacheta Musical al recorrido por 36 canciones aportadas por esa misma cantidad de artistas jujeños en un álbum doble presentado como suerte de homenaje musical al Bicentenario del Éxodo Jujeño.
Con aportes económicos provinciales y municipales, el material recorta una panorámica de saludable diversidad y riqueza sonora para abordar un cancionero de fuerte referencia local.
Seguramente conscientes de que la música jujeña ha perdido presencia en el mapa musical argentino, el registro de impecable factura muestra un equilibrado repaso por sonidos reconociblemente regionales como bailecitos, carnavalitos, coplas y huaynos, pero también hay aportes cercanos al universo rockero y a la canción que nutren el recorrido.
La apuesta reúne a nombres conocidos como los del joven Bruno Arias (que abre el cd I con su enjundioso y testimonial Caminantes), Jaime Torres, Fortunato Ramos, Gustavo Patiño, Los Tekis, los siempre valorables Tomás Lipán (Caña mía) y Tukuta Gordillo (Zamba para un adiós en Tilcara) y el atractivo aporte femenino de Mónica Pantoja y Maryta de Humahuaca.
Pero es a la hora de las novedades cuando conviene seguir parando la oreja y apreciar las riesgosas fusiones que, por caso, proponen Che Mandinga en el irreverente Welcome to Jujuy, el Humahuaca Trío (Originario), el terceto La Cangola Trunca (Mosquito de las yungas), Gallega (Huancar).
OLGA ROMAN-DE AGUA Y LAUREL
La española Olga Román es una estupenda cantante bien conocida por el oficio y el talento desplegado para acompañar al cantautor Joaquín Sabina, pero también hacedora de un tránsito en solitario que llega a su cuarta estación.
Para montar una impresión acerca de las músicas que le interesan y la motivan, la intérprete decidió dedicar íntegramente su cuarto álbum a la obra del artista salteño Gustavo Cuchi Leguizamón.
Secundada por un trío al mando de Néstor Díaz, que asume la docena de clásicos del Cuchi como si fueran standards folclóricos, Olga luce afinada, respetuosa, concentrada y cálida para entonar gemas de la talla de La pomeña, La arenosa y Zamba de Juan panadero.
Pero esos atributos que dan cabal muestra de su profesionalismo y de su talento, no alcanzan agregarle un plus a una obra de las más notables y fundamentales de la música nativa. Para el registro aparecen las colaboraciones de Juan Carlos Baglietto en Zamba de carnaval y de Angela Irene en Zamba del laurel.