Carlos Carrascosa, condenado a prisión perpetua por el crimen de su esposa María Marta García Belsunce en el country Carmel de Pilar en 2002, afirmó desde la cárcel, a 10 años del crimen, quevive un "calvario" por "pagar por lo que otro hizo".
El viudo, a la espera de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación resuelva su pedido de absolución presentado en septiembre, insistió en su inocencia e hizo un "pedido desesperado" para que las pruebas existentes en la causa se investiguen "a fondo".
En una carta enviada a Télam, Carrascosa expresó:
"Hoy ya hace 10 años que murió María Marta y no se sabe quién la mató. Es una situación desesperante, acá adentro, en una cárcel de máxima seguridad, por un crimen que no cometí y la Justicia como conformada por tener un inocente preso".
"No le deseo a nadie el calvario que estoy viviendo, pagar por lo que otro hizo, y nada menos que por el homicidio de la mujer que más quise en mi vida, junto con mi madre. Mi compañera, mi esposa, mi amiga. Era todo para mí", sostuvo el viudo, preso en un penal de la localidad bonaerense de Campana.
Carrascosa recordó que tras ser sometido a juicio por el Tribunal Oral en lo Criminal 6 de San Isidro fue absuelto "en fallo unánime" porque no hay pruebas en su contra, pero "inéditamente dos años después, un Tribunal de Casación, sin prueba nueva, sólo convalidando una teoría absurda del fiscal, y sin ordenar la renovación del juicio oral, como debía" lo condenó a prisión perpetua.
"Hoy en día sigo en prisión, después de más de tres años, con el agravante de que no tuve lo que todo habitante tiene derecho de acuerdo a nuestra constitucion nacional, una segunda instancia", remarcó en la carta.
El viudo hizo referencia de esta forma a un fallo de la Suprema Corte de Justicia bonaerense que en septiembre pasado rechazó un recurso de su defensa para revocar la decisión de Casación por entender que estaba mal presentado y no analizó la cuestión de fondo.
Al acusado ahora solo le queda como última instancia una revisión del caso por parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ante la cual su actual defensor, Fernando Díaz Cantón, sostuvo que María Marta fue asesinada por ladrones a los que sorprendió robando en su casa.
"¿Por qué todo este ensañamiento, por qué aquellos que deben investigar no lo hacen, aquellos que deben revisar la causa tampoco lo hacen? ¿Es posible que con todo este tiempo perdido de inoperancia en la investigación y en llegar al fondo de la cuestión se beneficie alguien?, se preguntó.
"Son preguntas que todos los días me vienen a la mente. Ya faltan sólo dos años para que la causa prescriba, y cuando llegue el 28/10 del 2014, el asesino de `la negra` se reirá de mí y también de María Marta", afirmó.
El viudo recordó que en la escena se recolectaron tres A.D.N. que aún no se sabe de quiénes son, uno de ellos mezclado con la sangre de María Marta, y al respecto enfatizó: "No hizo NADA por encontrarlos, salvo un pedido de recompensa. Son esos los verdaderos autores y no yo".
María Marta García Belsunce (50) fue hallada muerta el 27 de octubre de 2002 en su casa del country Carmel, de Pilar, con medio cuerpo semisumergido en la bañera, y su marido siempre sostuvo que creyó que se trató de un accidente porque era "muy torpe".
Sin embargo, una autopsia practicada un mes después comprobó que la mujer tenía seis balazos en la cabeza y el viudo se convirtió en el principal sospechoso.
Tras la condena que le impuso Casación, Carrascosa presentó una demanda ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la que reclamó su libertad, dijo que es inocente y pidió un resarcimiento económico por parte del Estado.
En 2011, se realizó el segundo juicio por el caso, en el que el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de San Isidro condenó a tres familiares, un médico y un vecino de María Marta por el encubrimiento del crimen.
Se trató del cuñado, Guillermo Bártoli (49); del hermano, Horacio García Belsunce (h) (62); el hermanastro, John Hurtig (46); el médico Juan Ramón Gauvry Gordon (43) y el vecino Sergio Binello (58), quienes quedaron presos al conocerse el veredicto.
Sin embargo, dos semanas después todos recuperaron la libertad bajo fianza por la Cámara de Apelaciones de San Isidro.